En los días de meditación y soledad, de vagabundeo
doméstico, tomo conciencia de que tengo la casa llena de cosas. No se
trata exactamente de que me importe tirar cosas, sino de que tengo
inclinación a conservar las cosas que son mi casa.
Las cosas con capacidad de
convertirse en un recuerdo suponen el deseo personal de atender a la
vida, de vivir con atención, con amor.»
Pequeñas piezas sobre objetos de uso tan cotidiano que a menudo nos pasan inadvertidos... Una copa, un reloj, una butaca... enseres rutinarios y aparentemente anodinos, todos ellos cobran vida y carácter propio en este hermoso libro que puede abrirse en cualquier página.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada